Todo lo que debes conocer sobre la conservación del queso
¿El queso debe respirar en lugar de meterse en la nevera?, ¿dónde lo guardo?, ¿papel, cristal, plástico?, ¿debería hacerme con una quesera para dejarlo fuera de la nevera?
Estas son algunas de las preguntas que pueden aparecer a la hora de conservar nuestro queso. Como no queremos que tengas más dudas, vamos a compartir contigo unos tips para que conserves el queso en el envase y temperatura adecuada según su tipo.
En España somos muy amantes del queso. Si abres cualquier nevera te encontrarás una cuña, queso rallado, queso de untar, en lonchas… ¡Nos encanta! Sea cual sea tu elección, tienes que tener en cuenta de que este debe cuidarse de la manera para evitar que se ponga malo.
Consejos para conservar el queso en casa durante más tiempo
Ahora vamos a contarte cuáles son los factores más importantes que debes tener en cuenta para que conserves el queso de la forma más adecuada: temperatura, envoltorio o envase, tipos de formatos…
La temperatura
Seguro que esta te la sabes: el queso debe conservarse en su sitio fresco, por ello lo solemos meter en la nevera. Antes de consumirlo, lo tendrás que sacar unos minutos antes para tomarlo a temperatura ambiente y disfrutar más de su sabor y textura.
No hay una temperatura exacta, ya que variará en función del tipo de queso. El queso tierno o fresco, se conservan mejor a temperaturas bajas, entre los 4 y 8 grados. Por ello, te recomendamos que lo almacenes en la parte más alta de tu nevera.
Por otro lado, los quesos duros y con mayor curación deben conservarse a una temperatura más alta, entre los 8 y 12 grados. Así que puedes ponerlos en la parte inferior de tu nevera e incluso en los cajones.
Ahora bien, seguro que te estás preguntando: “Pero si coloco mi queso en el frío… ¿Cómo evito que se reseque?”
Pues para evitar esto, es esencial escoger el envoltorio más adecuado a cada tipo de queso y acordarte de atemperarlo antes de consumirlo.
El envasado
Tienes varias formas de envolver tu queso para evitar que se estropee.
- Papel de cocina:
Ideal para el queso fresco, ya que tiene mucha agua y, una vez abierto, va perdiendo líquido. Te aconsejamos que pongas papel de cocina en un tupper hermético.
El papel ayudará a absorber el exceso de líquido que desprende el queso y te permitirá conservarlo mejor y por más tiempo. Eso sí, tendrás que acordarte de cambiar el papel todos los días, ya que el agua que va absorbiendo el papel puede producir olores y transferirlos al queso, ¡y eso no lo queremos!
- Papel de horno:
Esta es una de las opciones que más nos gustan. Si buscas que tu queso tierno se mantenga como el primer día, envuélvelo en papel microperforado o papel de horno, y mételo en la nevera.
A la hora de envolverlo, no lo aprietes demasiado porque queremos que el queso respire y no se seque.
- Paño de cocina:
Ideal para conversar tus quesos semicurados y curados. Coge un trapo típico de cocina y humedécelo. Pon tu rico queso en un plato y cúbrelo o envuélvelo con el paño.
Con esto vamos a conseguir que el paño absorberá la humedad del queso y así te durará por más tiempo. Para mantenerlo todavía aún más fresco, intenta cortarlo por un lado diferente, así conservará su frescura por los dos lados.
- Aceite de oliva
Este truco es muy top para darle más sabor a tu queso. Está más indicado para que los quesos tiernos y semicurados duren más tiempo en conservación en aceite aromático.
Para ello, solo tendrás que cortar el queso en taquitos, meterlos en un tarro de cristal y cubrirlos de aceite de oliva virgen extra y, si quieres darle otros matices, puedes introducir plantas aromáticas como romero.
- Quesera de cristal y base de madera
Las queseras de vidrio es otro de los métodos más antiguos para conservar el queso. En este caso, al estar el queso más expuesto, debemos de tener cuidado. Si el ambiente que tenemos es muy húmedo, un truquito es poner dentro unos garbanzos secos para absorber la humedad excesiva.
¿Cómo acabar con el moho en los quesos?
Algunos quesos vienen con algunas cortezas enmohecidas, pero eso parte del proceso. Nosotros nos referimos al moho que aparece en los quesos húmedos o los que han estado envueltos durante mucho tiempo.
En quesos Semicurados, Curados, Viejos o Añejos, quesos con la corteza dura, es más difícil la penetración del moho. En estos casos, se puede retirar la parte afectada, ya que dentro el queso va a seguir teniendo el mismo sabor. Recuerda siempre retirar la parte enmohecida más allá de la parte visible, avanzando al menos un centímetro más del moho.
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